[Respecto a Gonzalo Tapia…] “sus obras transitan entre la poética del humor, el retrato realista, y la ironía como herramientas crítico-discursivas, donde la farándula pop, la política – y sus reconocidas figuras espectaculares – , funcionan en tanto que principales motivos iconográficos de su plástica paródica”.
[Por otro lado, respecto a Paola Medina… ] “sus proyectos se preguntan por las dimensiones políticas y poéticas de la voz: explorando desde la acción, la performance, la escritura expandida y la investigación artística, los desbordes de ese cuerpo que habla, escucha y conversa”
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_marzo 2025
Gonzalo y Paola se conocieron el 2 de junio de 2022 en el contexto del magíster en artes visuales que estudiaron y compartieron. El 2 de julio del mismo año se dieron su primer beso bailando en la discoteca “Ba Le Duc”, y el 26 de mayo de 2024 se fueron a vivir juntes. Desde entonces, comparten taller y sartenes. Esta exposición en Galería Catastrophe es su primer acercamiento a trabajar juntes.
Gonzalo y Paola empezaron pensando en las parejas de artistas que han nutrido de romance, dramas y rumores la escena del arte. Hablaron sobre algunas de ellas, escogieron sus favoritas, se presentaron las de sus respectivos territorios que el otro desconocía (Gonzalo a Gracia Barrios y José Balmes, y Paola a Mónica Mayer y Víctor Lerma); pensaron en la mitología que la historia y la sociología del arte han hecho sobre esas parejas, y notaron también los sesgos heteronormativos y patriarcales de la misma. Se preguntaron el porqué de tanta mitología; pensaron lo mucho que nuestra lectura de cierta práctica puede cambiar cuando se sabe que estuvo cerca, que compartió casa, que amó, que discutió, que secreteó íntimamente antes de dormir con otra práctica. Pensaron en sus propias prácticas, lo distintas que son; y pensaron en elles mismes: ¿lo distintes que son?.
Gonzalo y Paola se preguntan diferentes cosas respecto a las parejas del arte: a Gonzalo le gusta pensar en los clichés, en los arquetipos de les amantes, en las figuras históricas y en sus legados, en la discusión pública que les rodeó. A Paola le gusta pensar en sus cotidianidades, en cómo conversaban, en las casas y libros que compartían, en las discusiones privadas que tejían. Sin embargo, a Gonzalo y Paola les da la misma cosquilla en las manos pensar que ahora son una, y pensar en lo que podría pasarles si lo siguen siendo. Sin embargo, entre las distintas dimensiones que rodean a las parejas del arte había una en particular que les intrigaba por igual: el taller compartido, las ideas compartidas, las prácticas artísticas que se empiezan a acompañar, a contaminar, a influir. Es así como surge la propuesta para habitar las salas de la Galería Catastrophe en marzo 2025.En 2002, Mónica Mayer y Víctor Lerma hicieron el proyecto “Dualidad virtual”(https://docs.google.com/viewer?url=www.pintomiraya.com%2Fpmr%2Fimages%2Fstories %2Fpdf%2Fbodas-divorcio.pdf&hl=es, p.22), que consistía en una performance donde ambos intercambiaban su ropa frente al público, mientras se escuchaba el siguiente texto: “El tiempo nos ha ido fundiendo. Nos conocimos hace treinta años, cuando ambos estudiábamos en la escuela de arte. Desde entonces compartimos la vida y el arte. Nos conocemos tan bien, que a veces ni tenemos que hablar para saber lo que el otro piensa, los dos nos volteamos en la cama al mismo tiempo mientras estamos dormidos y uno podría hacer el trabajo de otro sin ningún problema… ” (fragmento). Al final, Víctor quedaba con el huipil de Mónica, y Mónica con la camisa a cuadros de Víctor. Gonzalo y Paola pensaron que aunque no se conocen hace treinta años, hay algo en la acción de ponerse en los zapatos del otre, en el taller del otre, en el trabajo del otre, que les interesa mucho (desde ya) como una forma de adquirir artística y vitalmente un compromiso con la práctica del otre. Un compromiso con entender y expandir esa práctica. Sin saber si el tiempo alcanzará a fundirlos, preguntarse qué pasaría si intentan provocar esa fundición, ese intercambio de ropa.
Gonzalo y Paola llegaron a la siguiente propuesta de ejercicio: para la exposición en Catastrophe, Gonzalo intentará tomar las herramientas, los medios y la poética de Paola, para producir un cuerpo de trabajo que reflexione en torno al tópico del amor y al arte; por su parte y con el mismo propósito, Paola intentará tomar las herramientas, los medios y la poética de Gonzalo. ¿Qué haría P?, se pregunta G; ¿qué haría G?, se pregunta P; ¿hasta dónde es posible soltar los propios modos de hacer para tomar los del otre?; ¿cómo comprometerse con una búsqueda ajena?, ¿cómo cambiarán nuestras herramientas e investigaciones al ser tomadas por otras manos?, ¿cómo acompañar el proceso del otre mientras intenta desarrollar un proceso mío?; ¿estamos performando al otre? ¿parodiándole?, ¿arremedándole?, ¿honrándole?, ¿criticándole?.
Gonzalo y Paola se hacen todas estas preguntas mientras comienzan a trabajar en esta exposición próxima a presentarse en marzo del 2025, para la que se proponen habitar el ejercicio y permitir que ésta sea más bien una apertura de resultados, una confidencia, un recuento en complicidad con el público de qué fue lo que (les) pasó. A ambos les interesa que esta exposición sea casi una excusa para sumergirse en un proceso artístico-afectivo-vital que inaugure lo que esperan que sea un largo camino de compartir taller y sartenes: una excusa para comprometerse con la práctica del otre.
Entendiendo que este proceso de producción está por empezarse, aún es difícil imaginar qué tipo de obras, cuántas y cómo aparecerán en el espacio de Catastrophe. Sin embargo, es un proyecto que toma en cuenta desde el principio, la distribución espacial de la galería para su creación: dos salas unidas por un muro, dos prácticas distintas con un muro en común; un diagrama de Venn con un conjunto A y un conjunto B que se entrelazan en el mismo universo para formar un subconjunto AB.
(Imagen 1)
Sabemos entonces que la distribución de los espacios de la galería será así: Gonzalo y sus obras hechas en los zapatos de Paola ocuparán una sala, Paola y sus obras hechas en los zapatos de Gonzalo ocuparán la otra sala; finalmente, una obra que conecte a ambas, una obra en común, se instalará en el muro que las divide. Hasta el momento, esta es la pieza en la que hay mayor claridad, y que hemos nombrado temporalmente como El teléfono de les amantes. Sin tener certeza aún de cómo funcionaría logísticamente, nos gustaría crear un dispositivo comunicante que permita el diálogo entre ambas salas y entre ambos artistas: un objeto/teléfono/aparato con el que Gonzalo y Paola puedan sentarse a conversar. Hemos imaginado éste dispositivo nos gustaría activarlo performáticamente al momento de inaugurar la muestra. Entendiendo que este proyecto tiene un particular peso en su proceso de creación, nos gustaría que el teléfono de les amantes, fuera una obra que pudiera activar un diálogo de sala a sala entre Gonzalo y Paola. Un diálogo que pudiera compartirse con el público a modo de despliegue de hallazgos donde se dé la oportunidad de transparentar distintos momentos del proceso del ejercicio, y que puedan nutrir la mirada y el entendimiento de toda la exposición. Permitiendo, además, cuando les artistas no estén presentes, que ese teléfono pueda activarse también por los y las visitantes de la muestra.
(Imagen 2)
_de jueves a domingo_17 - 19.30 horas